En el año 2002, la Organización Internacional del Trabajo, designó el 12 de junio de cada año como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Esta jornada quiere ser una llamada a los Estados Miembros a comprometerse activamente en la erradicación del trabajo infantil, preservando los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes.

Por trabajo infantil se entiende, toda actividad económica o estrategia de supervivencia, sea remunerada o no, realizada por niños y niñas menores de 16 años.
Actualmente, son millones de niños y niñas de todo el mundo los que trabajan, muchos de ellos a tiempo completo, sin posibilidades de educarse ni disfrutar de su infancia por medio del juego u otras actividades recreativas.

Un porcentaje grande de estos menores no recibe la alimentación ni los cuidados apropiados y se encuentran expuestos a las peores formas de explotación en ambientes peligrosos de esclavitud, trata de personas y participación involuntaria en conflictos armados.

Según los últimos datos, en todo el mundo hay 218 millones de menores entre 5 y 17 años ocupados en la producción económica.

En términos absolutos, casi la mitad del trabajo infantil (72 millones) se encuentra en África, 62 millones en Asia y el Pacífico, 10,7 millones en las Américas, 1,1 en los Estados Árabes y 5,5 en Europa y Asia Central.

Aunque, según los datos oficiales, el trabajo de menores en España es «anecdótico» y por tanto no existen estadísticas oficiales, varias organizaciones dedicadas a la infancia, advierten de que en nuestro país también existen miles de víctimas de explotación infantil ya que las cifras oficiales no cuentan a los menores dedicados a trabajar en empresas familiares o en trabajos agrícolas o incluso en la prostitución… porque en esos casos, la misma familia suele ser un «obstáculo a la visibilidad» de esta sangrante realidad.